sábado, 30 de mayo de 2009

Honor a Quien Honor Merece


Anoche tuve un sueño, en el que te veía mas bella que nunca, con una ropa blanca que se iluminaba, te veía ayudando a unos ancianos, luego a unos niños, luego me caí y me levantaste, seguiste caminando y yo detrás de ti, estaba emocionado porque que podía ir a tu lado y contento de saber que me mirabas, te paraste a dar de comer a unos niños, y me diste de comer a mi, tu sonrisa me daba fuerzas y tu mirada me daba paz, a tu lado me sentía tan seguro, que no me quería alejar.


Luego comenzó lo peor, bombas caían del cielo, el suelo comenzó a temblar, la gente gritaba y comenzaba a llorar, yo me sentía tranquilo porque estaba a tu lado y en el medio del campo de batalla te pusiste y la guerra termino, la gente volvió a sonreír, porque le diste esperanza a seguir.


Comenzó a llover muy fuerte y el rió comenzó a crecer, casas pobres se derribaban y la lluvia los golpeaba, llevaste a las personas a un refugio seguro y hasta que no te diste cuenta de que estaban seguros no partiste, pero el agua se calmo y todo volvió a la normalidad, allí estabas tú muy calmada, con tu ropa blanca mojada, pero con la sonrisa de satisfacción de haber podido ayudar.


De repente no te vi y comencé a llorar, me tocaste en el hombro y volvió mi tranquilidad y solo pensaba, si todos supieran de ti, y la paz que se siente al estar junto a ti, hoy ha sido el día más feliz y no quería despertar para no separarme de ti.


Pero me tomaste por las manos, me llevaste a una cama y no entendí lo que pasaba, me ibas a dejar y no quería que eso pasara, entonces te arrodillaste y empezaste a rezar y yo hice lo mismo y ahí termine de soñar.

Me desperté muy alegre y con gran emoción, había tenido un sueño de lo mejor, con mi madre María, la madre de Jesús, solo quería volverme acostar, para estar junto a ella y no volverme a ir.

Pero me di cuenta que ella estaba aquí, que no era un sueño sino una realidad, cuando vi a mi madre lo entendí mejor, que aquel sueno solo me estaba dando una lección y es que madre solo hay una, que no hay nada en la tierra mas parecido al amor de DIOS, que el amor de madre, que hay que adorarlas y cuidarlas, que cuan dichosos somos los que aun tenemos nuestras madres vivas.

Honor a quien honor merece, el ser más bello que hay en la tierra, mi madre, porque desde el vientre me cuidaste y desde niño me mimaste, siempre has estado a mi lado llevándome de la mano y dando siempre lo mejor de ti.

Perdón cuando te ignoraba, se que querías hablar y te rechazaba, pero le doy gracias a Dios que aun estas aquí, que te puedo ver y te puedo tocar, que eres mi madre y a la vez mi amiga, y que nunca me dirías una mentira.

A ti joven que tienes a tu madre viva, procura cuidarla, ámarla, protegerla, enseñarle las cosas que aprendes, que ella sea tu amiga, valórala, respétala, pero sobre todas las cosas, se obediente con ella y no olvides que ella solo quiere lo mejor para ti.

Y a ti joven que no la tienes a tu lado, recuélala con mucha alegría, no olvides lo que ella siempre quería, y recuérdala con amor, el amor que ella ahora te manda del cielo y el amor que Dios tiene guardado para ti.

No olvides que Dios nos dio una madre a cada uno, con sus virtudes y defectos, y están en este mundo para dar lo mejor de ellas para nosotros, las madres son el tesoro más bello y el mejor regalo que nos pudo dar DIOS.

Si tu madre aun vive, dile a diario que la amas, bésala con locura y cuídala con ternura, dale siempre lo mejor de ti y que nunca le falte amor de tu parte.

Sino esta contigo, sabias que ella te amaba, que ella dio todo por ti, que ella esta orgullosa de ti, de donde haz llegado sin su apoyo y esta feliz porque siempre la recuerdas con amor.

FELIZ DÍA DE LAS MADRES.

TE AMO MERCEDES RODRIGUEZ